Harto de estar solo, buscó conocer algunos habitantes y pensó que el mejor modo para hacerse aceptar era demostrar cuántas cosas sabía hacer. Procuró hacer todo más rápido y mejor que los círculos: trabajar, ser amable, organizar fiestas, contar chistes…Pero no le fue mejor. Se sentía cansado y los redondos continuaban comportándose de manera extraña, diferente, cuando estaba él.
Pensó entonces hacerse notar lo menos posible. Procuró ser igual que ellos: se rizó los cabellos, se puso gruesos vestidos para esconderse las esquinas o aristas, rellenó de algodón los zapatos, y trató de hablar con acento redondo. Pero tampoco esto funcionó. Cuadrado se sentía ridículo y los círculos parecían molestos con su intento de imitarles.
Finalmente pareció entender. A lo mejor estaba equivocado al tratar de ser amigo de todo el mundo a la vez. A lo mejor el secreto estaba en tratar de conseguir un amigo redondo que lo acercase a los otros círculos. Ayudó a un redondo que había conocido a limpiar su casa, le hacía compañía cuando estaba solo, le ayudó en el trabajo y hasta aprovechó sus aristas cuando servían. Y las cosas efectivamente mejoraron un poquito. De vez en cuando Círculo llevaba a Cuadrado a alguna fiesta o le daba las gracias por su ayuda. Pero Cuadrado no era feliz, su relación no se podía llamar amistad. Se sentía más ayudante (de vez en cuando directamente siervo) que amigo, y, sobre todo, se daba cuenta de que los otros lo escuchaban más y reían sus gracias cuando él hablaba mal de los otros cuadrados, cuando les tomaba el pelo como hacían con él al principio y cuando confirmaba que todos los cuadrados son bastos, violentos, que roban los niños y niñas redondos, que quitan puestos de trabajo a los círculos, que son perezosos y chismosos…
Una mañana Cuadrado se levantó más triste y más cansado que nunca y decidió marcharse. Mientras atravesaba el país con su mochila, se dio cuenta, entre tantas miradas que lo acompañaban, que algunos parecían disgustados, incómodos como él, que parecían no encontrar el coraje o las palabras que decirle. Tampoco a él se le ocurría nada. Así siguió caminando hacia su País.
La pena que le quedaba era no haber notado antes aquellas miradas tan inseguras y haber hablado con ellos, haber intentado contarles cómo se sentía y haberles preguntado qué sentían ellos.
miércoles, 21 de mayo de 2008
Un cuadrado en el pais de los redondos
viernes, 16 de mayo de 2008
Jartzazu zure errota martxan!!
jueves, 15 de mayo de 2008
Día del Emprendedor
En una sociedad que tiende a la universalización, una actitud abierta, la capacidad para tomar iniciativas y la creatividad son valores fundamentales para el desarrollo profesional y personal de los individuos y para el progreso y crecimiento de la sociedad en su conjunto. El espíritu emprendedor es necesario para hacer frente a la evolución de las demandas de empleo en el futuro.
Por ello en nuestro centro consideramos indispensable la educación en el espíritu emprendedor y como consecuencia, hemos creado un itinerario formativo que consta de dos niveles; Sensibilización y Capacitación.
En el nivel de Capacitación se desarrolla el plan de empresa en base a la idea de negocio esbozada en el primer nivel de sensibilización.
En el nivel de Sensibilización se pretende establecer el primer contacto con el emprendizaje; realizar una reflexión sobre lo que significa ser emprendedor y conocer las habilidades emprendedoras. Además se comienza a desarrollar la idea de negocio que en el segundo nivel se estudia de forma más profunda.
Es en este nivel donde el emprendizaje y la inteligencia emocional se unen para dotar al alumno de las cualidades personales necesarias en la empresa;
Regulación emocional. Empatía. Independencia. Valor. Flexibilidad. Autoestima
En este conjunto de acciones emprendedoras, el pasado 9 de Mayo celebramos en el centro de Estudios AEG, El Día Del Emprendedor, que constó de la siguiente programación:
12:10-12:20 Presentación
12:20-12:30 Visualización del videotrabajo presentado al concurso emprendedor Kosmodisea
12:30-13:00 Presentación proyecto Eraikitzen.
13:00-13:30 Concurso slogans/bertsolaritza, Ulibarren dinamika.
13:30-14:00 Entrega de premios.
miércoles, 7 de mayo de 2008
Características de la autoestima positiva
- Cree firmemente en ciertos valores y principios, está dispuesto a defenderlos aún cuando encuentre fuerte oposiciones colectivas, y se siente lo suficientemente seguro como para modificar esos valores y principios si nuevas experiencias indican que estaba equivocado.
- Es capaz de obrar según crea más acertado, confiando en su propio juicio, y sin sentirse culpable cuando a otros les parece mal lo que haya hecho.
- No emplea demasiado tiempo preocupándose por lo que haya ocurrido en el pasado, ni por lo que pueda ocurrir en el futuro.
- Tiene confianza por su capacidad para resolver sus propios problemas, sin dejarse acobardar por los fracasos y dificultades que experimente.
- Se considera y realmente se siente igual, como persona, a cualquier otra persona aunque reconoce diferencias en talentos específicos, prestigio profesional o posición económica.
Da por supuesto que es una persona interesante y valiosa para otros, por lo menos para aquellos con quienes se asocia. - No se deja manipular por los demás personas, aunque está dispuesta a colaborar si le parece apropiado y conveniente.
- Reconoce y acepta en sí mismo una variedad de sentimientos e inclinaciones tanto positivas como negativas y está dispuesto a revelarlas a otra persona si le parece que vale la pena.
- Es capaz de disfrutar diversas actividades como trabajar, jugar, descansar, caminar, estar con amigos, etc.
- Es sensible a las necesidades de los otros, respeta las normas de convivencia generalmente aceptadas, reconoce sinceramente que no tiene derecho a mejorar o divertirse a costa de los demás.
Actitudes o Posturas habituales que indican Autoestima Baja
- Autocrítica dura y excesiva que la mantiene en un estado de insatisfacción consigo mismo.
- Hipersensibilidad a la crítica, por la que se siente exageradamente atacada/o, herida/o; hecha la culpa de los fracasos a los demás o a la situación; cultiva resentimientos tercos contra sus críticos.
- Indecisión crónica, no por falta de información, sino por miedo exagerado a equivocarse.
- Deseo innecesario por complacer, por el que no se atreve a decir NO, por miedo a desagradar y a perder la buena opinión del peticionario.
- Perfeccionismo, autoexigencia esclavizadora de hacer "perfectamente" todo lo que intenta, que conduce a un desmoronamiento interior cuando las cosas no salen con la perfección exigida.
- Culpabilidad neurótica, por la que se acusa y se condena por conductas que no siempre son objetivamente malas, exagera la magnitud de sus errores y delitos y/o los lamenta indefinidamente, sin llegar nunca a perdonarse por completo.
- Hostilidad flotante, irritabilidad a flor de piel, siempre a punto de estallar aún por cosas de poca importancia, propia del supercrítico a quién todo le sienta mal, todo le disgusta, todo le decepciona, nada le satisface.
- Tendencias defensivas, un negativo generalizado (todo lo ve negro: su vida, su futuro y, sobre todo, su sí mismo) y una inapetencia generalizada del gozo de vivir y de la vida misma.
El Ideal
Lo importante de todo esto es que seamos conscientes de que podemos trabajar para que nuestra autoestima cambie, de negativa a positiva. ¿Y cómo podemos hacer eso? Podríamos empezar examinando las diferencias que hay entre cómo nos vemos y el ideal que tenemos. A partir de aquí, podemos trabajar de dos formas:
1 – Modificando nuestro ideal, que a veces es demasiado ambicioso, para que seamos capaces de conseguir nuestros objetivos.
2 – O intentando cambiar la percepción que tenemos de nosotros mismos, vernos de una manera mas positiva.
AUTOESTIMA
Nuestras respuestas ante diversos acontecimientos dependen de quiénes y qué pensamos que somos.
Los dramas de nuestra vida son los reflejos de nuestra visión íntima de nosotros mismos. Por lo tanto, la autoestima es la clave del éxito o del fracaso. También es la clave para comprendernos y comprender a los demás.
La autoestima es estar dispuestos a ser conscientes de que somos capaces de ser competentes para enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida y de que somos merecedores de la felicidad.
Compuesto por dos ideas básicas:
a) Autoeficacia, es decir confianza en nuestra capacidad de pensar, aprender, elegir y tomar las decisiones adecuadas
b) Autorespeto, es decir, confianza en nuestro derecho a ser felices.
Los desafíos básicos de la vida incluyen aspectos tan fundamentales como ser capaz de ganarse la vida y cuidar de uno mismo; ser competente en las relaciones humanas, es decir, capaz de mantener relaciones mayoritariamente satisfactorias para ambas partes; y tener resistencia que nos permite recuperarnos de la adversidad y perseverar en nuestras aspiraciones.
Tener una alta autoestima es sentirse confiadamente apto para la vida, es decir, capaz y valioso.
Tener una autoestima baja es sentirse inepto para la vida; desacertado, no con respecto a esto o aquello, sino desacertado como persona.
Tener autoestima término medio es fluctuar entre sentirse apto e inepto, acertado y desacertado como persona, y manifestar estas incoherencias en la conducta –actuar a veces con sensatez, a veces tontamente-, reforzando, con ello, la inseguridad.
Desarrollar la autoestima es desarrollar la convicción de que uno es competente para vivir y digno de ser feliz, y por lo tanto equivale a enfrentar la vida con mayor confianza, benevolencia y optimismo, lo que nos ayuda a alcanzar nuestras metas y experimentar la plenitud. Desarrollar la autoestima es ampliar nuestra capacidad de ser felices.
martes, 6 de mayo de 2008
EMPATÍA. La voz silenciosa del cuerpo II
La empatía es, por tanto, una habilidad esencial en muchos puestos de trabajo, especialmente en aquéllos que tienen que ver con el trato al público.
Las personas débiles en esta habilidad tienen dificultades para "leer" e interpretar correctamente las emociones de los demás, no saben escuchar, y muchas veces son ineficientes leyendo las señales no verbales, razón por la que pueden evidenciar una torpeza social, al aparecer como sujetos fríos e insensibles. ¿Aprender a ser empático?
Por otra parte, el proceder con empatía no significa estar de acuerdo con el otro. No implica dejar de lado las propias convicciones y asumir como propias la del otro. Es más, se puede estar en completo desacuerdo con alguien, sin por ello dejar de ser empáticos y respetar su posición, aceptando como legítimas sus propias motivaciones.
La capacidad para ponerse en el lugar del otro, de forma intuitiva, no sólo racional ni comprensiva, puede ser un lastre y una tortura para quien no sabe manejarlo.
De hecho, a veces alejarse del otro puede ser lo más indicado para no caer en una trampa emocional; sobre todo cuando nuestros recursos son limitados y la situación nos supera. Me parece que es importante tener en cuenta que no siempre quien se aleja del otro carece de empatía.
Así pues, como compromiso a largo plazo podemos seguir con el desarrollo de esta habilidad, proponernos ser más observadores de las señales de nuestro propio cuerpo y del de los demás, encontrando la justa medida entre lo que veo e interpreto, sin abandonar, ni invadir al otro. Sin perderme yo mismo en las necesidades de los demás. Y siempre, cuando hay duda de la señal gestual, la comunicación verbal. El compromiso es; además de saber observar y recoger la información, saberla interpretar la de la forma correcta, entendiendo por correcta, la manera en que me sirva positivamente tanto a mí como al otro.
EMPATÍA, La silenciosa voz del cuerpo I
La empatía no es otra que "la habilidad para estar consciente de, reconocer, comprender y apreciar los sentimientos de los demás". En otras palabras, el ser empáticos es el ser capaces de "leer" emocionalmente a las personas.
Debemos saber que nuestras relaciones se basan no sólo en contenidos manifiestos verbalmente, sino que existen muchísimos otros mecanismos llenos de significado, que siempre están ahí y de los que no siempre sabemos sacar partido. La postura, el tono o intensidad de voz, la mirada, un gesto e incluso el silencio mismo, todos son portadores de gran información, que siempre está ahí, para ser decodificada y darle la interpretación apropiada. De hecho, no podemos leer las mentes, pero sí existen muchas sutiles señales, a veces "invisibles" en apariencia, las cuales debemos aprender a "leer".
Según ciertos expertos, sólo un 35% de los mensajes que transmitimos a los demás, se materializan mediante la voz. Ya que continuamente “decimos” cosas, “hablamos” mediante nuestras manos, el cuerpo y los brazos, la forma de andar, etc.
¡Ten en cuenta que en todas las circunstancias de
la vida, cuando hablamos con alguien, cuando vamos a pedir algo…todos
hablamos continuamente con nuestro cuerpo!
Es un primer paso que nos puede acercar a los sentimientos y emociones de la otra persona, tenemos que tener en cuenta que es una interpretación, que lo que vemos en el otro está pasando por nuestro filtro emocional y que por ello podemos estar
equivocados.
Así que el segundo paso sería el diálogo, la relación con el otro, si es que realmente queremos saber qué le ocurre a la persona que observamos.